El Consejo de Competencias Mineras (CCM) es una iniciativa de la gran minería chilena, al alero del Consejo Minero, cuyo fin es proveer, como industria, información, estándares y herramientas que permitan adecuar la formación de técnicos y profesionales a la demanda del mercado laboral minero, tanto en términos cualitativos como cuantitativos.
Conjuntamente con lo anterior, el CCM elabora estudios para proyectar la demanda estimada de trabajadores para la industria minera en el futuro, de acuerdo con los proyectos de inversión, el reemplazo de trabajadores que alcanzarán la edad de retiro y otras causas. En base a ello, analiza las brechas entre esta demanda y la oferta formativa proyectada del mercado, y entrega la información respecto a la fuerza laboral que se debe formar, en qué perfiles y en qué plazos. Luego, traza un plan de trabajo que servirá de orientación para las entidades de formación y el Estado, de manera de hacer frente a la demanda y aprovechar las oportunidades que genera.
Las organizaciones que están impulsando y financiando al CCM son las siguientes empresas socias del Consejo Minero:
Empresas Mineras: Anglo American, Antofagasta Minerals, BHP Billiton, Codelco, Collahuasi, Freeport-McMoRan, Lumina Copper, Teck, Glencore, Kinross, Lundin Mining
Provedores: Komatsu, Finning
Asociaciones gremiales: Aprimin, AIA, Consejo Minero
Las funciones del Consejo de Competencias Mineras son:
Para trabajadores actuales y personas interesadas en trabajar en la minería:
Para el sector minero:
Para las instituciones educacionales:
Para la comunidad y el país:
La misión del CCM es generar las condiciones estructurales necesarias para contar con la cantidad y la calidad de trabajadores que se requiere, a través de oportunidades de formación y calificación, en un estándar que les entregue una alta empleabilidad y perspectivas reales de desarrollo.
En este camino, ya se han realizado importantes esfuerzos. Uno de ellos son los Estudios de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena, que permiten dimensionar cuantitativamente la demanda de capital humano que el sector minero deberá enfrentar en los próximos años. Esta iniciativa es una línea de acción permanente que permite tener una visión precisa y oportuna de las necesidades del sector.
Otro de los ejes principales de acción del CCM es generar estándares que faciliten el desarrollo de una oferta acorde a las necesidades de formación que el sector necesita. Para ello, se elaboró el Marco de Cualificaciones para la Minería (MCM). Este estudio busca acercar al sector minero con el mundo de la formación, con el objetivo de realizar un trabajo colaborativo que toma como base las mejores prácticas a nivel internacional.
El Marco de Cualificaciones para la Minería establece con la mayor precisión posible cuáles son las necesidades de formación para este sector, incluyendo perfiles ocupacionales y estándares de entrenamiento. Esta información es clave para el mundo formativo, ya que permite acercar su oferta de capacitación a las necesidades concretas de la industria minera y, con ello, mejorar las opciones de empleabilidad de quienes egresen de los distintos niveles de formación.
Esto se complementará luego con otros productos que generará el CCM.
Sí. A medida que son generados por el CCM, los productos quedan disponibles en este sitio web para quien desee consultarlos.
No, el CCM no pretende prestar directamente servicios de educación ni competir con otros actores en campos en los que las empresas mineras no son expertas. Con su trabajo, en un rol orientador, busca contribuir a que la disponibilidad de capital humano adecuadamente capacitado no sea un cuello de botella para el desarrollo y el incremento de productividad del sector, y para que la generación de trabajo por parte de la minería represente oportunidades efectivas de empleabilidad para quienes reciban capacitación o formación acorde a los requerimientos de esta industria.
El modelo utilizado en Chile está basado en la experiencia de Australia, país en el que se han constituido 11 consejos de competencias (skills councils), incluyendo uno de la minería (SkillsDMC). Otros países con desarrollo de skills councils son Canadá y Nueva Zelanda.
El CCM es el primer consejo de competencias de Chile, y se espera que otros sectores económicos, como la construcción, el transporte, la industria del salmón y la agroindustria, repliquen esta experiencia.
El propósito del estudio Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena es dimensionar las brechas de capital humano que enfrentará la gran minería de cobre, oro y plata en Chile.
En el caso del documento “Fuerza Laboral en la Minería Chilena 2012-2020”, participaron 11 grandes compañías mineras y 20 empresas proveedoras, las que aportaron información detallada sobre sus dotaciones actuales. El estudio actual proyectó la demanda de capital humano en 15 perfiles de entrada que son claves para los procesos de extracción, procesamiento y mantenimiento (cadena de valor principal). Estas estimaciones se hicieron con información de 23 proyectos de inversión que iniciarán operaciones hasta el año 2020. Se consideró solamente el personal de la operación minera; no de las etapas de ingeniería y construcción.
En lo esencial, el estudio muestra que, pese a la postergación de proyectos, la minería (tanto empresas mineras como proveedoras) sigue ofreciendo grandes oportunidades a quienes se formen de acuerdo a lo que la industria requiere, y destaca que se proyecta una especial escasez en técnicos y profesionales de mantenimiento, y en operadores de equipos fijos y móviles. Esto último abre oportunidades a personas que reciban entrenamiento pertinente de entre 300 y 700 horas.
Las oportunidades de trabajo que se generarán al 2020 son para 38 mil personas, producto del retiro de trabajadores que alcancen la edad de jubilación, así como de la demanda que generan nuevos proyectos que entren en operación a esa fecha.
Actualmente, se realiza el Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena cada dos años, con una proyección a 10 años.
En términos generales, los marcos de cualificaciones suponen la instalación de un marco de referencia común que permite organizar los procesos de aprendizaje como un continuo, facilitando a los individuos la construcción de trayectorias formativas a lo largo de la vida que permitan responder a las necesidades que se generan en el mundo del trabajo.
Paralelamente, pueden cumplir una función ordenadora y normativa si se escalan a nivel de política nacional, enfocándose en el aseguramiento de la calidad de la formación y estableciendo reglas y procedimientos comunes para el diseño de todas las cualificaciones.
Los marcos de cualificaciones logran establecer los requisitos de formación de acuerdo a distintos niveles de complejidad y de especialidad, identificando los aprendizajes necesarios que permiten desarrollar una cualificación. Estos requisitos de formación suelen expresarse a través de descriptores que permiten comunicar, de un modo claro y amplio, los resultados de aprendizaje que se esperan para el desempeño laboral en determinado sector productivo.
Estos documentos constituyen un mecanismo de comunicación para los diversos sistemas formativos y laborales respecto a lo que se espera de un programa de formación, facilitando la comparación entre ellos y favoreciendo el reconocimiento de los aprendizajes desarrollados en diversos contextos.